En la confluencia de los ríos Brangoly y Angoustine, el pueblo de Ur se encuentra a medio camino entre la alta y la baja Cerdaña.
Bañado por la suave luz característica de la Cerdaña francesa, es un municipio pequeño y tranquilo lleno de carácter. Amplios porches de madera, huertos, una iglesia con un campanario piramidal, un paseo por las callejuelas de Ur le transportará al corazón de este territorio.